El plenario de Cámara de Diputados de Brasil rechazó ayer por la noche la propuesta que dejaba obligatoria la impresión de un comprobante físico de voto por las urnas electrónicas. La propuesta recibió 229 votos a favor y 218 contrarios, y necesitaba del apoyo de
308 diputados para seguir adelante.
El voto impreso era una medida defendida por el presidente Jair Bolsonaro. Él afirmaba que esta sería la manera de impedir fraude en las elecciones, y afirmó que solo habría elecciones el próximo año si fuesen “limpias” – una referencia a la adopción de la medida.
Esto y acusaciones sin pruebas hechas por el presidente sobre la existencia de fraude en la elección con urna electrónica generaron tensión entre él y los jefes de otros Poderes.
El Judiciario defendió públicamente el sistema electoral existente y respondió las acusaciones de Bolsonaro, que por su vez acusó el presidente del Tribunal Superior Electoral, Luís Roberto Barroso, de querer mantener las urnas electrónicas sin voto impreso para beneficiar el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones de 2022.
Después, el presidente del Supremo Tribunal Federal, Luiz Fux, canceló una reunión con Bolsonaro, afirmando que no era posible dialogar con el presidente.
