El gobierno argentino flexibilizó el ingreso de ciudadanos y turistas al país, tras detectar 11 semanas consecutivas de descenso de casos de coronavirus. Así, determina una apertura programada y escalonada de los puntos de ingreso al territorio nacional no habilitados y
elimina los “corredores seguros” con mediación de autoridades sanitarias.
Entre las principales medidas, se decretó que los argentinos o residentes deberán completar, dentro de las 48 horas previas al inicio del viaje, la declaración jurada electrónica (DDJJ) declarando su estado de vacunación. Mientras que los no residentes deberán sumar un seguro de salud covid-19 con
cobertura de internación.
Además, exceptúa de trámites a los extranjeros de nacionalidad ucraniana, o provenientes de Ucrania, que hayan emigrado con motivo del conflicto bélico, y a residentes o extranjeros que ingresen por vía terrestre por un plazo menor a 24 horas.
Los operadores de transporte, transportistas y tripulantes deberán también completar la declaración jurada electrónica (DDJJ) dentro de las 48 horas previas al inicio del viaje. En el caso que sean extranjeros no residentes, deberán contar además con un seguro de salud COVID-19.
Se admite la “Libre Plática” de los buques internacionales emitida de modo remoto y se seguirá actuando conforme a lo establecido ante un brote de COVID-19 a bordo de un crucero internacional.