“La economía mundial se está recuperando de la mayor crisis energética desde la década de 1970. El choque energético ha llevado la inflación a niveles no vistos en muchas décadas y está ralentizando el crecimiento económico en todo el mundo”, dice el presidente interino de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Álvaro Santos Pereira, en el Panorama Económico 2022, divulgado este martes por la entidad.
La OCDE prevé un crecimiento global del 3,1 % en 2022, y la estimación para 2023 es del 2,2% y, para 2024, del 2,7%. Asia será el motor del crecimiento económico mundial, ya que Estados Unidos, América del Sur y Europa deberían tener tasas de crecimiento mucho más bajas.
Según el informe, la economía mundial vive bajo una gran incertidumbre debido a la guerra en Ucrania y la flexibilización de las restricciones por el Covid-19. “El aumento de la incertidumbre, la desaceleración del crecimiento, la fuerte presión inflacionaria y el impacto continuo de la guerra en Ucrania en los mercados energéticos dejan a los políticos con opciones difíciles para mantener la estabilidad macroeconómica y mejorar las perspectivas de crecimiento sostenible e inclusivo a mediano plazo”, dice el informe.
Uno de los puntos más destacables del informe es que el crecimiento económico perdió fuerza debido a la inflación. “Las presiones inflacionarias se intensificaron. En las economías medianas y emergentes, la inflación de precios al consumidor alcanzó 9,6% y 10,8%, respectivamente, en el tercer trimestre de 2022”, dice el informe.
Otro punto que explica el informe es el volumen del comercio mundial, que venía creciendo a la mitad desde 2022, pero que muestra una tendencia a la baja. “Los indicadores comerciales recientes han sido mixtos, pero hay señales de que el crecimiento del comercio va a desacelerarse. Los cambios en los términos de intercambio y las transferencias netas de ingresos del resto del mundo impactan el ingreso disponible y las posibilidades de consumo de los países, además de los cambios en actividad productiva medida por el crecimiento del PIB”.
Además, el ritmo acelerado de endurecimiento de la política monetaria en las principales economías y la mayor aversión al riesgo llevaron a un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. “Os aumentos maiores aumentos das taxas de juros nos Estados Unidos em relação a muitas outras economias levaram o dólar americano ao seu nível mais alto nas últimas duas décadas, contribuindo para uma maior volatilidade nos mercados de câmbio de mercados avançados e economias emergentes”, aponta el informe.
El factor energético también se tiene en cuenta, ya que el impacto de las menores importaciones de energía de Rusia a Europa puede ser más grave de lo esperado. “Las economías europeas continúan enfrentando desafíos significativos por los embargos actuales y planificados sobre las importaciones de carbón ruso y petróleo marítimo, y por la disminución de los suministros de gas de Rusia a Europa”.
Estos factores hacen más difícil calibrar el endurecimiento de la política monetaria, para saber hasta dónde se debe llevar. “Esto aumenta el riesgo de que las tasas de interés
puede endurecerse más de lo estrictamente necesario, o por más tiempo del necesario para reducir la inflación, particularmente dado el momento excepcional de los cambios de política monetaria en todas las economías en este momento”.
El apoyo político a las economías emergentes también sufre las presiones inflacionarias. “Las condiciones financieras globales más estrictas, las presiones inflacionarias persistentes y los niveles de deuda en aumento limitan el margen de maniobra de las políticas en las economías de mercados emergentes, especialmente aquellas con altos niveles de deuda denominada en moneda extranjera o déficit fiscales considerablemente por encima de los niveles previos a la pandemia”.
Vanessa Zampronho / Agencia CMA
Traducción: Rigoberto Horacio Vera / Agencia CMA Latam