La mayoría de las economías de América Latina experimentarán una fuerte desaceleración del crecimiento en 2023. La inflación, en particular los precios de los alimentos y la energía, seguirá siendo altas. Así lo anunció en reporte la calificadora Moody´s Investors Services.
Las fuentes de inflación han variado según el país, pero el impacto ha sido generalizado y persistente, lo que hace que la desinflación sea un proceso desafiante que ha llevado a un rápido endurecimiento monetario, dijo la agencia.
Las condiciones financieras externas más estrictas como resultado de la eliminación del estímulo monetario por parte de los bancos centrales mundiales también pesarán sobre la actividad interna, incluso a través de menores entradas de capital, mayores costos de financiamiento y un crecimiento más lento del crédito privado.
De acuerdo con el reporte, la desaceleración del crecimiento global debilitará los precios de las materias primas, afectando negativamente la actividad en la región en comparación con el año pasado, especialmente para los exportadores netos de materias primas en América del Sur y el Caribe.
A pesar del deterioro de las perspectivas de crecimiento, Moody’s alerta que la región se verá comparativamente menos afectada por la desaceleración mundial y el impacto de la invasión rusa de Ucrania en los precios de las materias primas para los exportadores de hidrocarburos, metales y alimentos.
