El presidente Alberto Fernández llamó “tóxico” al préstamo otorgado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina y calificó su situación de “deudicidio”, durante su discurso ante la 76 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU).
El mandatario aseguró que el país fue sometido a un endeudamiento tóxico e irresponsable con el organismo multilateral y recordó que el préstamo de US$ 57 mil millones equivale a lo que el FMI desembolsó a todos los países del mundo con los Derechos Especiales de Giro (DEGs).
“Gran parte de esos recursos han sido fugados del país por una apertura irresponsable de la cuenta de capital”, dijo y añadió que deben rescatarse los principios de reestructuración de deuda soberana, acordado en la ONU.
El Jefe de Estado impulsó además un acuerdo multilateral inclusivo, una nueva calificación de riesgo crediticio y una opción que reemplace a la prórroga de suspensión de servicios de deuda promovida por el G20, ya que es “provisoria e insuficiente” porque no aborda la cuestión sobre el alivio y la reestructuración de la insostenibilidad de las deudas.
Advirtió además que podría haber una debacle generalizada de deudas externas en los países en desarrollo si no existe una reestructuración de la arquitectura financiera mundial. “América Latina y el Caribe destinan un 57% de sus exportaciones al pago de servicios de la deuda externa”, justificó y mencionó que la deuda argentina se fugó del país.
Entre otras definiciones, afirmó que están atravesando una triple pandemia: la inequidad global, el cambio climático y la de covid-19. En esa línea, insistió que la vacuna deben ser un bien de acceso global.
Al mismo tiempo, reclamó por los derechos de soberanía en las Islas Malvinas, litigio que mantiene con el Reino Unido, y por un esclarecimiento al atentado ocurrido en la Asociación Mutual Israelita (AMIA) en 1994.