Directora del FMI confirma fondos para países miembros a fines de agosto; Argentina recibirá US$ 4.300 millones

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    La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, confirmó la asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) de US$ 650 billones para fines de agosto, con el objetivo de ayudar a incrementar las reservas de los países miembros más vulnerables y en el marco de las ayudas fiscales para enfrentar la pandemia por coronavirus. A la Argentina le corresponden US$ 4.300 millones aproximadamente.

    La titular del FMI adelantó en el blog del organismo que están trabajando para ampliar la nueva asignación de DEGs, alentando a la canalización voluntaria de algunos de esos fondos, junto con préstamos presupuestarios, para alcanzar un monto de US$ 100 mil millones para los países más pobres y vulnerables. Esto será estudiado en la reunión de ministros de finanzas del G-20 prevista para el 9 y 10 de julio.

    Además, Georgieva detalla que los países más pobres necesitan más de US$200 billones para pelear la pandemia en cinco años y US$ 250 billones para reformas fiscales y declara que la recuperación económica mundial está progresando de manera desigual este año.

    En línea con las proyecciones de abril del organismo, estiman un crecimiento del 6%, aunque algunos países están quedando rezagados en dicha recuperación por faltantes de vacunas contra el covid-19 y alta tasas de contagios.

    A pesar de esto, la titular del FMI advierte que la falta de acceso equitativo a las vacunas contra covid-19 y el riesgo de un endurecimiento en las políticas monetarias en Estados Unidos, a raíz de su inflación, provocarán efectos negativos en los países de economías emergentes y en desarrollo.

    El organismo, junto a los países que integran el Grupo de los 20 (G-20), tiene como meta que el 40% de la población mundial esté vacunada para fines de 2021, y al menos el 60% para la primera mitad de 2022. Para ello, Georgieva indica que se necesitan acciones críticas y urgentes como la producción inmediata de vacunas y la provisión de insumos médicos para combatir la pandemia.

    También, afirma que, una vez que mejore el sistema sanitario mundial con el fin de la pandemia, los gobiernos deberán reducir gradualmente los programas de apoyo y los bancos centrales deberán comunicar sus planes económicos para evitar un exceso de volatilidad financiero, tanto en sus mercados domésticos como en los extranjeros, como los vistos a principio de año.