El presidente Alberto Fernández inauguró las sesiones ordinarias en el Congreso Nacional con críticas tanto a la oposición como al Poder Judicial y acompañado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quién no comparte un acto público hace seis meses.
El mandatario enumeró los logros de su gestión en términos económicos e industriales y reconoció los errores de trabajo que entorpecieron la lucha contra la inflación. En ese sentido, insistió con la necesidad de redistribuir los ingresos y de impulsar las exportaciones para generar mayores divisas a las reservas del Banco Central.
Por otra parte, Fernández respondió las críticas a su moderación política y a los pedidos de la oposición de acelerar una devaluación o establecer privatizaciones de las empresas públicas. “Detrás de intereses de privatizar, hay beneficios para algunos amigos. La inflación se remonta hace décadas y no la vamos a reducir con medidas que incrementen la pobreza. Si no crecemos, no hay nada para distribuir y la riqueza queda en pocas manos”, remarcó.
Luego, pidió un aplauso para el ministro de Economía, Sergio Massa, y para la vicepresidenta Cristina Kirchner, quién se sentó a su lado como titular del Senado. Fernández pidió a la Justicia que se investigue el intento de asesinato de la exmandataria “con la misma premura con que archiva causas contra jueces y empresarios poderosos. Espero que la Justicia vuelva a abrazar el derecho y deje de servir a factores de poder”, aseguró. En la cámara baja, se encontraban los jueces de la Corte Suprema, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
Por otra parte, Fernández anunció el llamado a licitación pública para la construcción del Canal Magdalena, que facilitará la salida de las exportaciones por el Océano Atlántico desde la provincia de Buenos Aires, y ratificó la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner para “mediados de este año”. Además, destacó las inversiones y el crecimiento de YPF, como así también al acuerdo con Petronas que permitirá el transporte de gas y petróleo desde Vaca Muerta hasta la localidad bonaerense de Bahía Blanca.
Al final de su discurso, el mandatario llamó a todas las fuerzas políticas a buscar un debate serio para el futuro, tras un acalorado momento lleno de insultos por sus críticas a la Corte Suprema de Justicia, e insistió que la Ciudad de Buenos Aires no debe recibir los fondos de coparticipación, ya que no forma parte de la ley firmada por las provincias.
“La ley no puede ser sustituida por orden de otro poder de la República. La intromisión de la Justicia en el Presupuesto es inadmisible y excede a sus facultades. Cada vez que vine al Congreso, pedí por la reforma judicial. El accionar de la Corte será condenado en un juicio político en el Senado. La Corte le quita dinero a quienes menos tienen para destinarlo al distrito más oneroso del país”, analizó.