El gobierno argentino presenta un alta probabilidad de refinanciamiento de su deuda en pesos, lo que aumentará la exposición de los bancos a un riesgo de reducción del crédito. A esta conclusión se llegó en el panel “Riesgos soberano y de bancos en el mercado de pesos”, del evento Inside Latam: Argentina 2022 organizado por Moody’s Investors Service.
Gabriel Torres, Senior Credit Officer de Moody’s Investors Service, calculó que Argentina se encuentra anteúltima en la escala de deuda que posee la calificadora, aunque descartó que exista un riesgo de caída al nivel más bajo.
“Esto sería un peligro de que los inversores pierdan, ante la posibilidad de default. Pero al 2023 o 2024, no vemos posibilidad de que exista una reducción de la calificación del país. La perspectiva ahora es estable y signfiica que no vemos una mejora de calificación, pero tendrá mejor acceso al financiamiento en pesos o en dólares”, indicó Torres.
El analista proyectó que Argentina bajará su déficit, lo que aumentara la confianza del mercado en que los próximos gobiernos paguen sus deudas. Así, graficó que la deuda del sector privado está compuesta en un 68,9% en moneda extranjera y en un 31,1% en moneda local.
En tanto, la deuda total del Gobierno está integrada por 44,6% en el intra sector público, 35,4% en el sector privado y apenas 8,3% con el FMI.
Para el próximo año, Torres observa que la deuda local crece constantemente, mientras los interesados en su compra lo hacen a corto plazo. “Esto indica una falta de confianza en el peso local. Argentina tiende a sufrir shocks en años electorales y nuestra preocupación es la alta posibilidad de reestructuración para el año que viene”.
Por otra parte, calificó positivamente al programa acordado con el FMI, que promete un plan económico y financiero a mediano plazo para reducir el déficit y la necesidad de financiamiento. Aunque alerta por el rol político en el país. En ese sentido, indicó que Argentina tendrá un ajuste enfocado en una limitación al gasto público.
“Hay preocupación de que no van a poder comprar la deuda que ellos mismos están comprando. La deuda del BCRA es diferente porque tiene capacidad infinita de repago, por su capacidad de crear pesos, pero tendrá un impacto macroeconomico. El BCRA emite nuevos pesos para pagar deuda que luego está obligado a esterilizar”, alertó Torres.
Concluyó así que la cantidad de deuda del BCRA, medida contra la economía o la base monetaria, ha pegado un salto. A inicios de 2020 y comparado con la economía, la deuda equivalía al 5% del PBI. Hoy está superior al 10%.
Por el lado bancario, Marcelo De Gruttola, Vicepresidente de Moody’s Investors Service, enseñó que existe un nivel de crédito bajo, pero de activos muy alto en las entidades. Además, dijo que existe una baja exposición a préstamos en moneda extranjera.
“La exposición a la deuda del gobierno es un riesgo sistémico, pero se ha mantenido moderado por la aversión de los bancos tanto internacionales como locales. Hay un riesgo de crédito elevado, pero menor al soberano. Hacia adelante, para bajar las calificaciones, se necesita materializar los riesgos de default del BCRA”.
La exposición de los bancos argentinos a la deuda del gobierno y del banco central, en su mayoría denominada en moneda local, ha aumentado recientemente y plantea riesgos sistémicos para el sector financiero.
Sin embargo, el crecimiento de la exposición directa a la deuda pública de mayor riesgo se ha mantenido contenido, mientras que la deuda del banco central comprende la mayor parte de los activos de los bancos. Estas exposiciones han hecho que los perfiles crediticios de los bancos sean cada vez más susceptibles a los riesgos de refinanciamiento de la deuda del gobierno ya los cambios en las condiciones monetarias.
El riesgo de los activos crediticios de los bancos se ha contenido, las reservas de liquidez tanto en moneda local como extranjera siguen siendo amplias, los niveles de capital han aumentado y la rentabilidad sigue siendo adecuada.