La victoria de Pedro Castillo como el nuevo presidente de Perú aumenta la incertidumbre de la política económica del país, ya que el nuevo mandatario aún tiene que definir las prioridades políticas clave de su plataforma de campaña, según afirmó la agencia de
calificación de riesgo Fitch Ratings.
“La incertidumbre política se ve agravada por los desafíos de gobernabilidad, mientras que el impacto de la pandemia hará que la deuda aumente en el corto plazo”, agregó Fitch en informe divulgado ayer.
El Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de Perú proclamó que Pedro Castillo, de Perú Libre, es el nuevo presidente del país con 50,126% de los votos válidos tras la segunda vuelta electoral del pasado 6 de junio. El anuncio se dio tras el organismo pasar más de un mes analizando pedidos de nulidad presentados por Fuerza Popular, de Keiko Fujimori, quien logró 49,874% de los votos.
Entre los desafíos de Castillo está la fragmentación del Congreso, y por eso puede necesitar “alianzas con partidos más pequeños y una fuerte disciplina interna del partido para aprobar la legislación”.
“El enfoque de la administración Castillo para administrar sectores estratégicos como la minería, el gas y las comunicaciones, su actitud hacia los contratos privados y la configuración de su política fiscal serán importantes para evaluar la solvencia soberana”, destacó la agencia.
Por otro lado, Fitch espera más indicios de la política económica y fiscal de la nueva administración en el discurso presidencial inaugural el 28 de julio y en el presupuesto de 2022 que se presentará antes del 30 de agosto.
“El nombramiento de ministros clave, reguladores y el gobernador y la junta en el banco central y las propuestas concretas de la nueva administración también ayudarán a aclarar las prioridades políticas de Castillo”, explicó.